Menu
Nuestra individualidad nos hace únicos, es esa autenticidad la que nos hace afrontar diversos retos que se nos presentan de manera única y personal en la vida. En esta ocasión me gustaría hablar acerca del sentimiento de estancamiento en nuestra área de desarrollo musical.
Sabemos que como seres humanos tenemos momentos traslucidos donde todo lo que queremos hacer se va cumpliendo de manera consistente, ¿Pero ¿qué pasa cuando de pronto aparece esa sensación en la que sentimos que dejamos de crecer? En ciertas ocasiones ni siquiera la rutina parece funcionar, la diciplina se vuelve absurda y empezamos a dejar de disfrutar lo que en algún momento dijimos que amábamos. Aún en esos momentos es posible volver a reconectar con nuestra experiencia través de la reflexión y la introspección, ayudando a comprender de donde proviene nuestra problemática. Me gustaría hacer una alusión a el concepto de la postura en la meditación que realizaban los monjes del zen soto en japón. Como decía el maestro Shunryu Suzuki, la postura no es un medio para obtener el estado mental correcto. Cuando se toma esa postura se está en el estado mental correcto. No hay necesidad de lograr cierto estado correcto. Meditar o lograr la iluminación no es diferente de estudiar nuestro instrumento, si logramos comprender la postura adecuada te darás cuenta que tu mente logrará llegar a un estado mental adecuado, todo nuestro cuerpo se alinea y las notas parecen fluir de diferente manera. Cuando hablo de la postura no me refiero a tu postura física, me estoy refiriendo a la postura que has decidido tomar para redirigir tu energía vital a esa actividad en concreto. La manera en la que pensamos sobre nosotros mismos, afecta nuestro rendimiento en las actividades que realizamos, por lo tanto, al momento en que nos llega un problema que debemos resolver nos sumergimos en un “no hacer”, con esto me refiero a que sucumbimos a una serie de pensamientos que nos producen una barrera para continuar creciendo, prohibiéndonos expresar nuestra propia naturaleza. Cuando nuestra mente divaga hacia otros pensamientos, no estamos en nuestro cuerpo. Por lo tanto, debemos retornar a nuestro cuerpo a través de la unión del pensamiento y el propio cuerpo. Por ejemplo, Si en una sesión de estudio te encuentras abrumado porque hace dos años que estudias el mismo pasaje y sigue sin salirte, entonces comienzas a juzgarte y a decirte cómo lo que haces no tiene sentido. Justo en ese momento deberías detenerte, respirar profundo, e inmediatamente preguntarte porque te has dicho eso a ti mismo. Si en algún momento te dijiste que lograrías aprender a cantar, es porque lo creías, sin embargo, a veces sin darnos cuenta tratamos de cambiar otras cosas externas, y no razonamos que el mismo trabajo externo que realizamos como músicos o aspirantes a músicos también debería ser desarrollado en el aspecto interno, ya que nuestra mente no esta separada de nuestro cuerpo. Cuando ponemos en orden el cuerpo y la mente todo ocupa su lugar en la manera que le corresponde. Debemos de trabajar en nuestras ideas, en la manera que nos percibimos al hacer las cosas y en el amor y el entusiasmo con el que nos hablamos diario. Cuando piensas en ti de manera negativa, estas faltando el respeto a tu propia existencia, de manera que bloqueas tu capacidad para salir adelante, eso significa que nuestra mente todavía está vagando por ahí y debemos hacer lo necesario para dirigir nuestra energía hacia pensamientos que nos permitan desarrollarnos. La próxima vez que te percates de este hecho concéntrate en tu respiración, comienza a sentir tu cuerpo y hazte las siguientes preguntas: ¿Cómo se siente mi cuerpo? ¿Cómo estoy en este momento anímicamente? ¿siento tensión en alguna parte de mi cuerpo? ¿Cómo es que llegué a esa conclusión? ¿Por qué me siento harto de esta actividad?, entre muchas otras preguntas que podrías hacerte. Si te encuentras muy tenso, es momento de descansar, no importa si tienes 10 minutos, no servirá de mucho tu esfuerzo y quizá termine en una frustración aún mas grande. Por el contrario, tómate un descanso, termina otro pendiente. Cuando tu mente se encuentre mas tranquila regresa y antes de tocar respira profundamente y recuerda porque empezaste a hacer esa actividad que tanto te gusta, encuentra el motivo que representó al motor que te impulsaría a querer hacer eso con tantas ganas. Queridos lectores, por mi parte es todo, espero que les halla gustado esta columna y como siempre ¡Recuerden seguir cantando!. |
Equipo RecomendadoBLOGS RECIENTESARCHIVOS
Agosto 2021
|