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Bienvenidos a nuestra primera entrada de blue blogs, en esta ocasión hablaremos de por qué escuchamos música cuando estamos enamorados. Desde un punto de vista antropológico (el estudio del hombre), podemos dividir a la música dentro de diferentes apartados, para comenzar, me gustaría abarcar brevemente uno en específico, que es: El aspecto cultural de la música. Siendo la música transformada y comunicada de diferente manera según la ubicación geográfica en donde se encuentra cada grupo social, se genera hoy en día una unión entre géneros y estilos gracias a la diversidad multicultural en la que vivimos todos los seres humanos. Para comprender un poco el por qué escuchamos cierto tipo de música durante diversos estados emocionales, es necesario comprender que la música nos acompaña a lo largo de nuestra historia intrapersonal, ya que esta se crea a partir de las creencias, valores, ideales y la moral de familias en específico de acuerdo a la época en que nos desarrollamos. Durante la niñez, así como en la adolescencia, se marca un punto de encuentro sumamente importante en la búsqueda y resolución de una identidad estructurada. Esto quiere decir que la música que escuchamos en la infancia y en la adolescencia nunca nos va a dejar de gustar, en su mayoría. Cuando somos pequeños, escuchamos también la música que escuchan nuestros padres, al igual que aprendemos la manera en la que se muestran afecto y amor. Esta parte afectiva está conectada directamente con la música que nuestros padres comparten entre sí para demostrar su afectividad. Estos patrones son guardados a nivel inconsciente, y lo más probable es que las personas efectúen este intercambio afectivo en un futuro. Existen diversos estudios en donde se muestra que varias partes de nuestro cerebro se activan dependiendo de si la música nos resulta agradable o desagradable. Lo más probable, en la mayoría de las personas, es que el amor y todo lo que tenga relación con el amor sea gratificante para nosotros. La música que tendemos a escuchar nos produce una serie de movimientos y efectos a nivel cerebral, y esto a su vez, produce una serie de sensaciones físicas que son asimiladas por medio de los sentidos. Una de las razones principales por las cuales escuchamos música cuando estamos enamorados, es debido a la segregación de oxitocina (la sustancia química del amor). La oxitocina funciona como un regulador neuronal que afecta en distintos comportamientos sociales relacionados con la afectividad. La música que escuchamos nos hace activar los mismos canales neuronales, movilizando los patrones asimilados anteriormente y llevándonos a producir un efecto muy similar cuando escuchamos la misma canción, en pocas palabras, recordar es volver a vivir. Bueno, ahora ya lo saben, cuando vean a alguno de sus amigos o a ustedes mismos bailando frente al espejo tarareando la canción que les dedicó su amorcito corazón una y otra vez, ¡felicidades! ya pueden darse cuenta que forman parte del fan club de la oxitocina. Me despido de ustedes, sin antes dejar de mencionar el libro recomendado para esta ocasión, titulado el arte de amar de Eric Fromm. Hasta la próxima mis estimados lectores. Ivan Hernandez. |
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Agosto 2021
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